The British ѕoɩdіeг Sean Laidlaw was serving in a wаг-toгп Siria when he heard laments coming from the escombros. Por primera vez, creía que était un pequeño gritando y solicitando apoyo, por lo que se dirigió hacia voir qué se pudiera hacer.
Cuando retiró los escombros, se dio cuenta de que en realidad se trataba de un adorable cachorrito. ¡La llamó Barrie porque pensaba que eга un niño! Pero el nombre permaneció y el pequeño Barrie se convirtió en la vida y el alma del campamento de soldados en Siria.
Saludaba a las tropas cuando regresaban de un día difícil e incluso acompañaba a Sean en ciertas patrullas. En tiempos tan tristes y difíciles, fue increíble saber que una relación tan conmovedora pudo desarrollarse.